Personas que cuidan de personas: la importancia de la relación interpersonal
DOI:
https://doi.org/10.60108/ce.264Resumen
Como introducción a este editorial, se puede decir que va a reflejar la mirada del cuidado desde una perspectiva compasiva, que incorpora valores profesionales que son a la vez virtudes. La profesión enfermera, al igual que la sociedad y la ciencia, ha ido cambiando según con la corriente histórica imperante, aunque en su esencia no ha variado, pues siempre ha tenido presente que su aportación a la sociedad era el cuidado. El acto de cuidar es a la vez una unión, una relación entre dos seres humanos, donde juntos podrán descubrir el sentido del proceso de enfermedad, y así transcender. Por lo tanto, la relación interpersonal, será el motor de la calidad del cuidado. Es aquí donde enfermería desplegará su conocimiento, a través de atributos disciplinares y humanos.
Así pues, con esta introducción, se comenzará con una reflexión sobre la evolución de los aspectos fundamentales que enfermería reconoce dentro de su campo disciplinar. Fawcett (2005), desgrana la importancia de los cuatro conceptos cardinales enfermeros (salud, cuidado, entorno y persona) y que cada modelo de enfermería les otorgará de un significado, es decir, lo nombrará. Esto es así, quizás porque empezando por nombrar, se puede conocer, ya en la cultura egipcia se decía que: “aquello que no se nombraba, desaparecía”. Cada concepto toma forma dentro de los tres paradigmas imperantes, que han marcado tanto la disciplina, como, el desarrollo de teoría, entendida como evidencia, y, por último, esto ha influido la enseñanza. A continuación de forma sucinta se podrían resumir estos tres paradigmas:
A lo largo de la historia, la forma de entender el cuidado, ha sido a través de la mirada enfocada a una sola parte de la realidad. Fueron tres los espejos que reflejaban hacia dónde se debería dar más importante. En primer lugar, se encuentra el paradigma determinista que centra su interés en el positivismo, donde sólo los procesos biológicos son su centro de estudio y la relación terapéutica se orienta en lo que puede ser medido, para lo cual, se utilizan métodos objetivos de medida, es decir, cuantitativos. Un avance en la historia hizo aflorar otro paradigma que tenía como interés no sólo lo medible sino también la esfera no medible del ser humano, pues en la relación terapéutica contempla al ser humano como un ser holístico, estando conformado por las esferas objetivas y subjetivas, este paradigma recibe el nombre de interactivo-integrador, y, por lo tanto, utiliza métodos tanto cualitativos como cuantitativos. Ahora bien, existe en la historia un salto cualitativo, donde las relaciones personales y terapéuticas se basan en la subjetividad de cada ser humano, pues una relación es un encuentro, y, por lo tanto, lo que interesa serán las experiencias subjetivas, el valor que cada ser humano establezca a su vida y por lo tanto a sus procesos dentro del continuo salud-enfermedad, siendo los métodos objetivos inválidos para poder llegar a las profundidades del ser humano. Este paradigma se denomina unitario-transformador, pues es a la vez transgresor con los que hasta entonces se consideraba como único vehículo de obtener información y ciencia (Fawcett, 2005).
En este último paradigma, es donde se puede situar alguno de los modelos que imperan en la universidad española, ya que, como Rumeu et al (2022) indican, son modelos centrados en la persona, entendiendo que la relación terapéutica es de persona a persona, de “yo a yo”. Siendo la preocupación máxima de enfermería su “presencia intencional”. Esta presencia se entiende como aquella que ayuda a la persona en situación de enfermedad, para que ella misma, como persona, pueda extraer su máximo potencial. Víctor Frankl (2019), reflexionado sobre el sentido de la vida, indicó que todo sufrimiento puede encerrar o esconder un sentido. Este sentido, era único, al igual que lo eran las personas, por lo que, “nadie puede redimirlo de su sufrimiento ni sufrir por él”, pero que, aun así, la actitud frente al dolor, sería la esencia o la base principal donde residía la capacidad del sentido y de conseguir un “logro excepcional”. Los modelos centrados en la persona dan ese sentido transcendental, pues los valores que trasmite tienen que ver con la espiritualidad, para la persona sujeto receptor de atención enfermera, pero, también para el propio profesional, el propio alumno, pues pueden encontrar un sentido, la esencia de su propio quehacer y, por lo tanto, transcender.
Ante esto, y para ayudar a que los pacientes encuentren el sentido de su experiencia, el acto enfermero, del cuidado, debería ser un acto de empatía, un acto de compasión, pues como Llano (2017) indicaría, ante la vulnerabilidad, enfermería maneja los aspectos más sutiles, intangibles, y por este motivo, los valores se convierten en virtudes. En la época actual es más necesario que nunca, recuperar la esencia del cuidado, no olvidando que el verdadero foco, es el ser humano. A este respecto, el propio Armstrong (2006), hace una reflexión sobre el ser humano como ser social, y como tal, es un ser que necesita de los demás para su desarrollo vital, y en la enfermedad, esto cobra especial importancia, ya que la enfermedad dentro del contexto hospitalario, genera la incertidumbre, y dependencia, pues se necesita a otros para ser uno mismo.
Autores como Errasti et al (2015), hacen una reflexión sobre la relación enfermera paciente en enfermos con cáncer terminal. Los pacientes frente a la enfermedad y la proximidad de la muerte, presentan una vulnerabilidad que engloba a la persona en todas su dimensiones, física, psíquica y espiritual. La enfermedad impacta existencialmente en la persona, y la relación que se establezca con los profesionales, podrá hacer que dicho proceso puede adquirir sentido. Autores como Fernández et al (2022), pudieron ver que lo que más valoraron los pacientes oncológicos en su relación con la enfermera, era el trato humano, la capacidad de empatía, la disposición a ayudar. Así pues, cuidar de persona a persona, es personalizar la profesión. Esto mismo han indicado en su revisión Errasti et al (2015), pues mencionan que la relación se da entre el profesional y el paciente será la base que debe sustentar todo encuentro. El encuentro se da entre dos personas, entre dos corazones, un encuentro revestido de amistad, de ayuda. Esto mismo se puedo ver en el estudio de Fernández et al (2022) pues lo pacientes llegaron a reflejar la “disposición de ayudar”, esa disposición de ayuda, no sólo como profesional, sino que sentían que importaban, como seres únicos, con alma y cuerpo, porque la enfermera proporcionaba cercanía y cariño. Asimismo, Errasti et al (2015) indican que, si en la relación hay afecto y compromiso, se puede llegar a conocer profundamente al paciente, puesto que se acerca a la persona, pero a su vez, existe reciprocidad, pues la enfermera también comparte cosas de su vida, y se establece una relación de cercanía. En esa relación, cuando hay confianza, el respeto mutuo marca los tiempos y los límites, y respetarlos forma parte de la sensibilidad del profesional. Pues no fuerza ni impone, sino que deja tiempo y espacio al paciente, para cuando él pueda, quiera y sepa compartir. Para llegar a establecer una relación, es necesario tiempo, Patricia Ramírez (2022), en su canal de divulgación, indicó que las prisas pueden hacer que cambiemos los valores, incluso personas que están dispuestas a ayudar, bajo la presión y sobrecarga, puede dejar de lado el valor de la prestación de ayuda. Por esta razón, la escucha activa y pausada, la sinceridad, la disponibilidad y la comunicación no sólo verbal, sino la comunicación no verbal, serán aspectos esenciales para poder establecer una relación interpersonal de ayuda.
Consecuentemente con lo anterior, lo que más valoran los pacientes, es el trato, el respeto, entendido como contemplación de otro ser humano, mirar más allá, ver su esencia, aquello que es lo intangible, porque en la mayoría de las veces “lo esencial es invisible a los ojos” (De Saint-Exupéry,2016). En la era posmodernista actual, con el individualismo y la mirada hacia uno mismo, está aflorando una nueva sensibilidad, que Llano (2017, p.105-109), a modo de ensayo, irá incorporando; una visión que regresa a los valores esenciales, alejándose del individualismo imperante. Si bien se reconoce la importancia de ciencia, esta no debe tener supremacía sobre los valores, y las virtudes, lo que le lleva a decir que enfermería como una profesión, ocupa un lugar privilegiado dentro de las profesiones de servicio, puesto que acompaña al ser humano en la compresión del dolor. En una era donde se ensalza la tecnología por encima de lo “humano”, las profesiones de servicio, como enfermería, dotan de sentido a quienes se dedican a ella, pues termina con una frase poética de la profesión “el que logra servir es el que de verdad triunfa en la vida”. Por lo tanto, Frankl podría haber reflexionado que enfermería, como ser humano, con su actitud ante el cuidado también puede transcender, y encontrar el verdadero sentido, la verdadera esencia del cuidado.
Con esta última idea, se cierra este editorial habiendo realizado una reflexión sobre la importancia de las relaciones enfermero-paciente, como personas que cuidan de personas, por lo que se sustentan en las raíces de la comunicación y la sensibilidad. No se puede olvidar que el profesional será el vehículo que ayude a los pacientes para que puedan desarrollar su potencial, a buscar un sentido a su experiencia. Por lo tanto, su función, será reconocer al individuo como ser único e irrepetible, como ser holístico y espiritual, que es capaz de tomar decisiones. Sin olvidar, que enfermería es una profesión con un cuerpo de conocimientos propios que le diferencia de otros profesionales sanitarios, y que al igual que la teoría ayuda en la práctica, la práctica profesional incorpora nuevos conocimientos a las teorías, así pues, nos situamos ante un paradigma donde lo verdaderamente importante son las experiencias, vivencias y expectativas de los seres humanos desde el encuentro de dos personas, pues enfermería es una ciencia y un arte, donde dos personas interaccionan, ambas con “cuerpo y alma”. Es la profesión que más cerca está ante el dolor, y la vulnerabilidad de otro ser humano, siendo más que un empleo un trabajo de servicio, de servicio a la sociedad, puesto estará en todas las situaciones importantes de la vida de las personas, desde el nacimiento hasta la propia muerte, cuidar en la vida y también en la muerte, acompañando, escuchando, en definitiva, teniendo una “presencia intencional”. Esa presencia debe estar revestida de amor, puesto que, es el único valor que podrá hacer del mundo y la sociedad, un lugar más amable. Si un profesional es capaz de llegar al corazón de otra persona, podrá sanar su alma pues ese encuentro, a pesar de las circunstancias, cobrará un sentido. Ese sentido no es sólo será para el paciente, sino un sentido para el profesional.
Sara Sánchez Castro
Citas
Armstrong, A.E. (2006), Towards a strong virtue ethics for nursing practice. Nursing Philosophy, 7,110-124. https://doi.org/10.1111/j.1466-769X.2006.00268.x
De Saint-Exupéry, A. (2016). El principito. Salamandra.
Errasti-Ibarrondo, B., Pérez, M., Carrasco, J. M., Lama, M., Zaragoza, A., & Arantzamendi, M. (2015). Essential elements of the relationship between the nurse and the person with advanced and terminal cancer: A meta-ethnography. Nursing outlook, 63(3), 255–268. https://doi.org/10.1016/j.outlook.2014.12.001
Fawcett, J. (2005). Middle-range nursing theories are necessary for the advancement of the discipline. Aquichan,5(5), 32-43.
Fernández Navarro, C., Pérez Cárdenas, M.D., Rebollo Cicuéndez, F., Rodríguez González, T., Sánchez Castro, S. (2022). Preliminary results of open- ended patient´s experience questions (PREMs) at the start of treatment. Ocronos 5(5) 50-3. https://revistamedica.com/resultados-experiencia-paciente-prem/
Frankl, V. (2019). El hombre en busca de sentido (9ª ed). Herder.
Llano, A. (2017). La nueva Sensibilidad en la era de la desconexión. Ediciones Palabra.
Ramírez, P. [Patri Psicóloga] (2022). La prisa nos cambia hasta los valores. YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=jB9u4IjlfoE
Rumeu-Casares C., Oroviogoicoechea C., Jones D., Saracibar-Razquin M. Modelo de Practica Profesional de Enfermería Clínica Universidad de Navarra: marco para el desarrollo de la práctica enfermera. (2017). Tesela [Rev Tesela] 22. http://www.index-f.com/tesela/ts22/ts11379.php
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